Leyendas de Costa da Morte: Las historias más impresionantes

Leyendas de Costa da Morte: Las historias más impresionantes

Pocas son las regiones que igualan en misterios a Galicia, lugar donde magia y criaturas fantásticas se mezclan a la perfección.

Pocas son las regiones que igualan en misterios a Galicia, lugar donde magia y criaturas fantásticas se mezclan a la perfección para darnos algunas historias que, durante generaciones, han pasado de padres a hijos. Algunas de ellas son tan populares que han llegado a acompañar a los viajeros en sus rutas, dando así a conocer uno de los lugares más bellos y misteriosos de toda Galicia.


Costa da Morte no solo es uno de los puntos turísticos que más llaman la atención, también es uno de los lugares más ricos en cuanto a leyendas respecta. Sus puntos de gran belleza no solo guardan grandes secretos del pasado, sino que en gran parte sus construcciones traen consigo una bella historia donde meigas y criaturas fantásticas han puesto su pequeño granito de arena.


La leyenda de Costa da Morte


Una de las historias más populares viene relacionada directamente con el nombre de “A Costa da Morte”, un lugar donde se invitaba a venir únicamente a los marineros más intrépidos debido al peligro de sus aguas y las leyendas protagonizadas por la propia muerte. Pero, ¿a qué se debe esta relación?


Esta leyenda se apoya en hechos reales puesto que estas aguas han provocado un elevado número de hundimientos. A pesar de conocer los peligros, los marineros regresaban y las historias culpabilizaban a los nativos de la región de las muertes.


La leyenda cuenta que en las noches de temporal, cuando la visión era casi nula debido a las fuertes lluvias o las brumas, los lugareños acudían con sus bueyes a pasearlos por los límites de los cabos para colgar en los cuernos de estos animales pequeños faroles encendidos. Con el paso cansado de estas bestias, los nativos simulaban el balanceo de otras embarcaciones en el mar.


Esta confusión llevaba a los patrones de otras embarcaciones a buscar imitar los pasos de los que creían sus compañeros. ¿Su intención? Encontrar el resguardo del temporal, aunque este mismo acto era el que los llevaba a su final ya que se precipitaban contra los escollos.


¿Cuál podría ser el motivo de los lugañeros para realizar tal acto? Según las historias su intención era la de poder saquear el contenido del barco e incluso asesinar a los náufragos. A pesar de ello, no existe una confirmación de estos actos, sino que esta misma leyenda se acompaña de otras versiones, como la sustitución de los lugareños por piratas ansiosos por obtener un gran botín.


Situada en el Fin del Mundo


Uno de los puntos más conocidos dentro de Costa da Morte es el cabo y el faro de Finisterre, lugar acompañado de una gran leyenda, puesto que, incluso en época de los romanos, este punto era conocido como el Fin del Mundo (Finis Terrae). Por ello, siempre ha sido considerado un lugar de culto y veneración para los pueblos que la han habitado con anterioridad.


En aquella época se creía que, más allá del cabo, no existía nada más, no había una continuidad, sino un campo abierto a todas las incógnitas. El peligro de sus aguas y la poca visibilidad más allá de ese punto provocó que se creyese que era el lugar donde el sol moría.


Según la leyenda, al llegar la noche, el astro mayor pasaba sus noches oculto entre las aguas de este lugar, por lo que se decidió a crear el altar de Ara Solis. En este los lugareños veneraban el poder del astro rey, rezando e incluso realizando ofrendas como agradecimiento a los dioses.


Pero, ¿qué se llegaba a encontrar más allá de las aguas? Las leyendas e historias mencionan que no había más que peligros, un lugar donde los marineros únicamente encontrarían criaturas y nada más. ¿En qué se apoyaba esta teoría? En la desaparición de innumerables barcos en estas aguas.


La leyenda de la ciudad sumergida


Naufragios y grandes peligros en sus aguas son protagonistas de grandes leyendas en Costa da Morte. Una de las que han pasado de generación en generación entre susurros en las noches de invierno es relacionada con la ciudad de Duio, lugar que, como no podía ser de otro modo, viene muy unido al cabo de Finisterre.


Siendo uno de los faros más antiguos de Galicia, es protagonista de una gran leyenda y, sobre todo, conocida por los habitantes del lugar. En esta se menciona que, tiempo atrás, el Apóstol Santiago desembarcó en estas tierras con intención de predicar a los paganos, de transmitir un mensaje a los habitantes del fin del mundo.


Su esfuerzo obtuvo como respuesta una gran indiferencia, por lo que el desánimo del predicador lo llevó a pedir al Señor un castigo divino para los lugareños. El castigo llevó a Duio a desaparecer para siempre, encontrándose actualmente en las profundidades de esta peligrosa costa.


Orcavella, la habitante de monte Facho


Las leyendas de Galicia cuentan, en gran parte, con un imponente peso en la mitología celta. Una de las más famosas se encuentra en un punto del Camino de Fisterra y Muxía, exactamente en monte Facho, también conocido como promontorio Nerio; un lugar en el que habitaba la vieja Orcavella.


Se dice que este lugar servía de retiro para una mujer bárbara que se llamaba Orcavella. Esta vieja misteriosa llegaba al lugar tras una vida cometiendo todo tipo de crímenes, con historias que hablaban de su habilidad manejando las artes diabólicas, robando durante noches y días a todos los niños que podía para devorar sus carnes e incluso garantizando la desaparición de hombres y mujeres que, curiosos, acudían a verla para conocer su aspecto.


Un pastor alertaba a los peregrinos que esta mujer llegó a vivir 176 años y que en ese tiempo, antes de llegar a Finisterre, los destrozos que hizo fueron tales que dejó el reino en el que habitaba despoblado y desierto. Cansada de todos sus pecados, la mujer acudió a las altas peñas del facho para cavar su tumba y enterrarse bajo una gran losa; pero este acto no fue realizado en solitario pues, junto a ella, enterró al pastor que mencionaba todas estas historias a los peregrinos.


Los lamentos del pastor llevaron a muchos valientes a tratar de salvarlo, quienes encontraban el lugar custodiado por serpientes, lo que les llevaba a huir y abandonar su misión. Por ello, las leyendas mencionan que todo aquel que sube y trata de abrir el sepulcro se ve afectado por una terrible maldición ya que no hay hombre ni mujer que haya podido ver los cuerpos allí enterrados y no haya muerto antes de un año.